lunes, 29 de noviembre de 2010

Made in China



Made in China

El otro día entré en un súper comercio chino, prefiero no acordarme del nombre, a decir verdad, aunque quisiera tampoco podría, y tenía tantas luces de colores encendidas que parecía la portada de la feria de abril de Sevilla, con farolillos incluidos. Deambulando de pasillo en pasillo, entre una gran cantidad de cachivaches de lo más variado y pintoresco, me llamó la atención la habilidad con la que estaban colocados todos los artículos, un verdadero trabajo de chinos, cajas de cartón y Tupper en pirámide, (reconozco que se me pasó por la cabeza coger uno de en medio a ver que pasaba, un curioso dominó “made in china”), también había numerosas alfombras cuidadosamente enrolladas, collares, bolsos… , no me extraña que en ocasiones se hable de la paciencia oriental.

Me parece increíble la proliferación de este tipo de comercios en nuestro país, en nuestras ciudades, ¡que digo! hasta en mi calle hay ni más ni menos que tres locales, yo lo llamaría la colonización china, da la sensación que es como si estuvieran jugando al Monopoly, poseyendo estratégicamente todas las propiedades inmuebles que se van encontrando. Por cierto, ¿alguien conoce la duración de la jornada laboral de un ciudadano chino en estas tiendas?, porque yo nunca veo cuando las abren ni cuando las cierran.
Cuando veo tantas tiendas de este tipo, me acuerdo de los desaparecidos “todo a 100” (pesetas) en los que podías encontrar de todo, pero a diferencia de las tiendas chinas, los que trabajaban allí eran españoles y te entendían sin problemas cuando les preguntabas algo, además tenían bastantes artículos hechos en España.

A veces me pregunto cómo se divierte este numeroso colectivo oriental, porque yo nunca he visto a ninguno en el cine, en el teatro o de bares, bueno, de bares sí, por supuesto, vendiendo rosas (¿quiere una losa?), CDs de música y alguna que otra corona de luces, que varias copas y horas más tarde se dejan lucir preciosas en la cabeza de alguno, reconozco que hay que tener valor para pasarse toda una noche de bar en bar, soportando empujones y personas en pleno proceso de embriaguez.

Hay que destacar su vista empresarial y comercial que en estos tiempos que corren es de alabar, así como su fortaleza para aguantar jornadas laborales maratonianas, en esto último, por suerte, nos diferenciamos bastante, no me imagino a un español sin su ratito del desayuno, sin su cervecita, ni sin sus vacaciones o sus domingos festivos, entonces no se diría que aquí se vive tan bien como se suele decir, aunque dada la situación actual creo que peligra este concepto, en fin, yo diría que las comparaciones son odiosas y que a cada uno lo suyo.

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